jueves, 22 de diciembre de 2016

Uña (CiU) y Carne (TV3)

Todo se hunde de forma alarmante en TV3 en los últimos tiempos (audiencia e ingresos por publicidad) de tal manera que no sería descabellado sospechar que Artur Mas anda dirigiéndola en la sombra. El último fracaso que, como de costumbre, no ha sido recogido por la prensa del régimen independentista ni en los más escondidos rincones de sus publicaciones, es que los de la Marató de TV3 solo han conseguido el 13,5 % de audiencia en Cataluña y que baje considerablemente la recaudación destinada a una noble causa. Todo lo anterior a pesar de que miles de pancartas publicitarias fueron repartidas por todos los recovecos de Cataluña y de que anuncios y cuñas propagandísticos fueron incluidos a mansalva en multitud de medios de comunicación. Sobra comentar, porque es de todos sabido, de qué sirvieron esas costosísimas campañas que montaban los de CiU contienda electoral tras contienda electoral, ¿no?
Esta foto podría pasar por la analogía perfecta del trinomio (Artur Mas, ANC y TV3) que más ha degenerado, en los últimos años, la calidad democrática en Cataluña.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Los catalanes de segunda

En la Cataluña gobernada por fanáticos independentistas, no contentos con discriminar al castellanohablante (307 fotos: https://www.flickr.com/photos/100929805@N07/albums/72157666131992840), presentan al catalanohablante como la verdadera víctima lingüística de este territorio de España. Para despejar cualquier duda que se presente ante el anterior enunciado puedes conocer hasta qué extremos llegan en la imposición de la “llengua pàtria” viendo estas 6 fotos (https://www.flickr.com/photos/100929805@N07/albums/72157675740021061) y además, como contraposición, tienes la posibilidad de ver qué ocurre cuando las instituciones públicas no están en manos de totalitarios lingüísticos (14 fotos: https://www.flickr.com/photos/100929805@N07/albums/72157676273093085).

viernes, 4 de noviembre de 2016

Para estar al tanto

Aquí donde arraiga el victimismo con suma facilidad. Aquí donde el clan habla en nombre del pueblo cada dos por tres. Aquí donde muchísimos de los que agitan banderas independentistas viven bien colocados en las administraciones públicas o gozan de espectaculares subvenciones. Aquí donde los que más tienen son los que más se quejan… Si aún no salta a la vista el rincón del mundo desde el que me he parado a escribir, dejo claro que se trata de ese pedazo de España que se conoce por Cataluña. Desde este preciso territorio urge aclarar, sobre todo en tiempos como los que corren, que aquel que mata a su convecino a golpes de urna no es un demócrata sino un asesino. Y por si quien esto lee tiene un día de aquellos en los que anda con la mollera dura, adjunto otra evidencia que arroja algo más de luz sobre la anterior, el que cuelga “esteladas” en los colegios electorales no es un buen patriota sino un tramposo.

miércoles, 31 de agosto de 2016

El embudo de la casta independentista

Lo que jamás explican los fanáticos nacionalistas de Cataluña es por qué los apellidos de los que mayoritariamente andan colocados en las instituciones públicas autonómicas, comarcales y locales están fuertemente ligados a una sola de las lenguas oficiales de Cataluña, ese código lingüístico que tratan de imponer con tanto ahínco esos que conforman una casta política (casi en su totalidad catalanohablante) que controla de norte a sur y de este a oeste esta comunidad autónoma de España. Sobre todo cuando tales apellidos (Vila, Pujol, Mas, Rull, Turull…) son minoritarios en el conjunto de la población de Cataluña. Además, la élite de estos fanáticos de la “llengua pàtria” de los independentistas tiene por costumbre evitar aquello que perjura que es tan beneficioso para el pueblo llano y lleva a sus hijos a colegios carísimos donde la inmersión lingüística no pasa de la puerta de la calle. Desgraciadamente, aquellos catalanes que siendo castellanohablantes no entienden de diferencias entre seres humanos, ven en la Cataluña gobernada por exaltados políticos infinidad de muestras que confirman la persecución y la discriminación de una lengua (castellano) y de quienes la usan cotidianamente en las relaciones con sus conciudadanos. Además, esta gente ha convertido su fabulosa lengua materna, el "català", en un arma que se ha mostrado enormemente efectiva para esa casta que se perpetúa en el poder desde hace muchas décadas. Por consiguiente, en el futuro parece difícil que, en esta tierra donde vine al mundo, la igualdad de oportunidades entre todos sus ciudadanos vaya a venir de la mano de los que levantan muros en torno a lenguas o lindes territoriales.

viernes, 19 de agosto de 2016

Independentistas versus civismo

Muchísimos de los que dicen ser de izquierdas en la Cataluña independentista, paradójicamente, también viven a lo duque o, mejor dicho, como verdaderos “príncipes” en el seno de una sociedad en la que la mayoría de la población subsiste con gran modestia, cuando no en la mismísima miseria. Estos sujetos, asimismo, dejan claro, cada dos por tres, que su proceder político parece guiado por aquella máxima atribuida a Nicolás Maquiavelo (el fin justifica los medios). Y por si lo anteriormente referido no fuese suficiente para retratar cabalmente a estos individuos destacados de la casta de Cataluña añadiría que han sido demasiadas las veces en las que han sostenido posturas políticas propias de siglos pretéritos para gran inquietud de sus conciudadanos.

viernes, 29 de abril de 2016

Con el ¡ay! en la boca

Cànoves i Samalús era, para quien esto escribe, que acostumbra a ir y venir por los pueblos de Cataluña, un rincón más o menos bucólico donde sus habitantes vivían con cierto sosiego y con bastante sentido del pragmatismo. Con todo y con eso, no faltaba quien necesitara otro devenir más conflictivo a modo de banderín de enganche para avivar causas ideológicas poco nobles. Así pues, como el nombre del pueblo ya debe ser todo un acicate para esa gente que se tiene por independentista, de cuando en cuando, aparecían algunas pintadas que insistían en que Samalús no era Cànovas y, ya puestos, que Cataluña no era España. De esta guisa, con más avenencia que desacuerdo, discurrían los días por este encantador recoveco del mundo asentado en las faldas del Montseny mientras su alcalde, un tipo grandote, campechano y tan raro que, pese a militar en el PSC, no bebe en las aguas del nacionalismo, se arremangaba y codo con codo con sus convecinos hacía lo que de un concejal en jefe se espera. Sin embargo, en los últimos comicios municipales, el tipo grandote y campechano, aunque obtuvo mayor apoyo ciudadano, fue remplazado en las tareas gubernamentales por quien se avino a hacer lo que unos pocos independentistas pretendían. Desde entonces, los plenos en el consistorio se suceden accidentados, en la calle los conflictos artificiales están a la orden del día y, para colmo de males, una oleada de robos en viviendas tiene a los sanos residentes de esta pequeña localidad del Vallès Oriental con el alma en vilo. Por consiguiente, y como no podía ser de otro modo con fanáticos políticos por en medio, en el ayuntamiento de Cànoves i Samalús andan ocupados en sus desvaríos independentistas y poco más. Total que, con el correr del tiempo, los vecinos de este municipio han pasado de estar en algo parecido al edén a tener el ¡ay! en la boca y de añadidura una cuota que pagar a la Associació de Municipis per la Independència.

viernes, 22 de abril de 2016

La olla a presión se fisura

No hay más narices que reconocer que el catalán está en clara desigualdad en Cataluña sobre todo en la educación infantil de las escuelas públicas donde todas las horas se imparten en esta lengua. Es decir, el catalán está en desigualdad absoluta respeto al castellano en este estadio de la enseñanza pública pagada con el dinero de todos. Ahora bien, justo es admitir que el catalán en los colegios públicos de Cataluña está en un estado de absoluta igualdad con el cinismo que los políticos fanatizados del mundo nacionalista muestran a la hora de imponer este código lingüístico en todos los ámbitos de la vida pública e incluso privada. El año pasado (2015) estos extraños “demócratas” del Govern de Cataluña recaudaron 140000 euros por multas lingüísticas impuestas a los dueños de empresas. Menos mal que muchas sentencias de la justicia española y algunos informes de la Comisión de Expertos del Consejo de Europa y del Departamento de Estado de Estados Unidos ya recogen algunas de las prácticas lingüísticas discriminatorias empleadas por el Govern de Cataluña. Sin embargo, a efectos prácticos, los castellanohablantes en Cataluña siguen viviendo con sus derechos democráticos mermados sin que organismo oficial alguno se los rehabilite. Supongo que los frentes que el gobierno español, europeo y mundial tiene abiertos y que ponen en peligro sus respectivas estabilidades hacen que este sea un problema a resolver no prioritario… de momento.

viernes, 8 de abril de 2016

Algo no hago bien

Si omiten mi nombre en las miserables listas de “traidors a la pàtria” que contienen numerosas publicaciones subvencionadas por el régimen independentista de manera directa o indirecta (inundando con ellas ayuntamientos, bibliotecas...) seguro que no es por dedicar poco tiempo y energías a combatir a tantos patriotas de salón emperifollados con señeras o banderas estrelladas que corren por esta tierra en la que nací. Teniendo en cuenta lo expresado anteriormente, no me queda más remedio que admitir que me falta algo más de caletre para hallar el modo de que el próximo paniaguado del sistema político imperante en este rincón de España me incluya en la siguiente enumeración de “traidores a Cataluña”. Para mí sería todo un honor que alguno de estos sujetos me ubicase ideológicamente en las antípodas de Jordi Pujol, Artur Mas, Carles Puigdemont, esa gente de TV3, los del Grup Koiné y todos los independentistas fanatizados que desde instituciones públicas en Cataluña me han conculcado derechos inalienables de modo salvaje y totalitario.

viernes, 15 de enero de 2016

PSOE y la casta independentista

En las últimas horas ha saltado a la palestra mediática que el PSOE contribuye de manera determinante a que partidos ultranacionalistas (independentistas) formalicen grupos parlamentarios propios en el Senado. Por consiguiente, para casos como este se puede afirmar sin riesgo alguno a equivocarse que el PSOE vuelve a maniobrar respecto a los independentistas al viejo estilo del PSC. Conviene añadir a modo de inciso, para aquellos que en los últimos tiempos no se han interesado lo suficiente por la política regional, que el PSC es el socio al que el PSOE deja libre toda una comunidad autónoma de España para que represente “en exclusiva” la sigla socialista, pero que incluso siendo la estrategia política tan ineficaz que le ha abocado a ser residual en Cataluña persisten en ella. Volviendo al tema principal que ocupa este texto, el día menos pensado los dirigentes del socialismo en Cataluña y en el resto de España, descubrirán para qué sirve hacer concesiones políticas a unos nacionalistas más o menos fanatizados que, colectivamente, corren en sentido opuesto al verdadero socialista en lo tocante a la ideología y que en el terreno gubernamental, muchos de ellos, andan conculcando derechos lingüísticos e ideológicos inalienables a castellanohablantes y no-nacionalistas, adoctrinando niños en las escuelas, haciendo uso partidista de todas las instituciones públicas que caen en sus manos hasta el extremo de usurpar la neutralidad en los mismísimos colegios electorales y mil tropelías más. Hasta que se percaten, estos líderes de los partidos socialistas y otros con los que se han alternado en las responsabilidades propias del gobierno de la nación, cada cesión a los nacionalistas solo servirá para que aún empleen las administraciones públicas de forma más patrimonial y para que la próxima vez que arremetan contra el Estado lo hagan con mayor fortaleza. Expuesto todo lo anterior, convendría que no se pasase por alto que por más que esta gente nacionalista de Cataluña aumente su atronadora agitación política y dé muestras de mayor radicalización, lo cierto es que pierde representación institucional cada vez que pone las urnas porque cada vez más catalanes descubren lo nocivo que es para ellos el culto a una ideología excluyente.