domingo, 29 de septiembre de 2013

El toma y daca que impera en Cataluña

De todos es conocido la poca predisposición que muestran, de un tiempo a esta parte, muchísimos mandatarios extranjeros a la hora de recibir a Artur Mas para que les cuente milongas nacionalistas de bajo calado intelectual. Pero, por si fuera poco, ahora están menudeando los personajes de renombre que, profesando diversas ideologías políticas, dejan claro que la independencia de Cataluña es una misión imposible para los Mas y compañía, por más que sigan con el acostumbrado adoctrinamiento de las masas de los últimos decenios a través de su caterva mediática. Es más, ha habido hasta cierto
prestigioso economista, condecorado con la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat, que ha dejado caer que una Cataluña independiente sería un estado fallido. En resumidas cuentas y dejando al margen el permanente repertorio de abucheos que recibe de algunos paisanos del pueblo llano aún no fanatizados por el nacionalismo, el encadenamiento de reveses que está obteniendo Artur Mas no parece que vaya a tener fin en los próximos meses. Ahora bien, el presidente de los independentistas, mientras tanto, trata de mantener a la población lo más alejada que puede de una realidad que no es propicia a sus intereses. Para mí que, en el sentido referido en el punto anterior, los medios de comunicación públicos y subvencionados de Cataluña, sin sonrojo alguno, se hacen eco de disparatadas declaraciones del líder del Govern o miembros de su entorno que no son más que puras maniobras de distracción. De seguir los acontecimientos políticos por estos derroteros en Cataluña, el día menos pensado, no sería de extrañar que, tras algún varapalo a Artur Mas, más sonado de lo habitual, tengamos todas las tertulias políticas debatiendo sobre si es conveniente que en ese más que incierto referéndum de independencia votaran, además de los catalanes, todos los afiliados a partidos nacionalistas del País Vasco, Escocia y, por supuesto, el resto de los que ellos denominan Països Catalans.

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