miércoles, 28 de diciembre de 2011

¡Feliz 2012!

Caramba, si te pones a ver compruebas que los augurios para este próximo año no tienen nombre. Aunque, si acaricias cualquier propicia ocasión en que los agoreros no te desintegren el ánimo, puedes incluso formar corro aparte y no permitir que nadie te impregne de desaliento antes de que tú y tu particular coyuntura empecéis a determinar el verdadero destino para el 2012. Y ni que decir tiene que si además desarrugas el ceño y te liberas de la condicionante y malsana desconfianza lo mismo con más razón estará por ver qué año nuevo te espera. ¡A todo esto yo ni quito ni pongo!

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