jueves, 17 de noviembre de 2011

¡A cualquiera que se le diga!

¿Cómo se puede desde el “ultracatalanismo” denunciar el supuesto y discutible “déficit fiscal de Catalunya” mientras el Govern de Catalunya persevera en actitudes desfavorables para la salud económica del fiscalizado ciudadano, único damnificado por el excesivo dispendio en el que incurren desde todos los estamentos públicos? Al mismo tiempo, la inmensa mayoría de ultracatalanistas profesa la fe del carbonero: acepta “pseudoembajadores”, nutridos miembros de consejos comarcales, una sobredimensionada Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, ayudas millonarias a compañía aérea con participación privada en detrimento de médicos o docentes… todo ello sin aparente contrariedad ética. ¡Qué tremenda paradoja ésta en la que disimuladamente a uno de los culpables se le erige en víctima!

No hay comentarios: